miércoles, agosto 22, 2007

Estábanos comiendo rábanos (Episodio I)

Fer y José son dos hijos de vecino cual más. Un par de proletarios trabajadores del sistema que, yendo y viniendo, subieron bajaron, volvieron a subir y al final cada uno progresó a su manera. Diga usted amable lector si este post debiera ir a la Grilla sin partido por su contenido genérico o simplemente se toma como una de esas cosas curiosas de la vida.

Fernando y José trabajaban hace algunos abriles en la Central de Abasto del DF, allá en Iztapalapa. Fer movía cosas con un diablito que compró en abonos. La típica historia, pardiez. Humilde, nacido en una de esas chozas de zonas robadas a los ejidos, por allá de Tlahuac o algo así en los años, supongo, sesentas y cuyos padres se las arreglaban con tres hijos, incluído el Fer. Su diablito (que cariñosa y originalmente llamaba "Satanás") recorría los pasillos de esa central de abasto mientrás José en realidad era una especie de "Milusos" que se la pasaba vagando con aires de gran carnal dándose una envestidura de "Sabelotodo" haciendo apuestas, vendiendo chácharas y haciendo "chambitas" eventuales de pintura, carpintería, equis, equis, equis [aclaro paciente lector que José hay muchos y este José era un José adicional a todos los joseses que hay y por ende tal estigma del amigo le condenó a ponerse un mote mas pintorezco como el de "El Babás" (sic)].

Fer dibujaba bien, quería ser arquitecto pero en ese entonces no tenía ni la prepa así que se metió a "chingarle" para poder sostenerse la prepa abierta y hasta trataba de indagar si existían estudios superiores en esa modalidad. A mí me gustaba charlar con él porque leía mucho, era muy tranquilo y, lo mejor, no hacía alarde de absolutamente nada. Nos intercambiábamos dibujos y como yo era un mozalbete de escasos 15 y mi presencia en esos lares se debía a los bussines del tío, que tiene un par de locales allá, ps ni siquiera podría decirse que yo buscaba una profunda amistad que fuera más allá de intercambios de técnicas de ilustración. Total, ambos estábamos en la calle en ese sentido, jajajajajajajaja.

Pero El Babas si bien era maleta en todo sentido, tenía una indiscutible, nada envidiable pero sí muy efectiva habilidad de embaucar. Era un mentiroso genial. Conseguía convencer en en cinco minutos a una persona de que era verdad lo que hacía un momento esa persona sabía que era mentira. El Babas tenía tal labia que incluso logró vender un reloj tres veces... a la misma persona!!!. No siempre tuvo suerte porque alguna vez se le ocurrió tomarle el pelo al "Cruzado", que era un tipo que de solo verlo temblaban las piernas. Ya si no, el sujeto en cuestión media al menos 1:80, cargaba carne de res en pieza entera (o sea, el toro sin destazar), tenía mas tatuajes que una pandilla entera y se podría decir que fue el precursor del body piercing. El Cruzado, decían, había estado varias veces en chirona y todos los cargadores de la central le tenían algunos miedo y todos bastante respeto. Así que cuando al Babas se le ocurrió venderle un reloj de pulso y no se la cumplió, El Cruzado lo anduvo buscando por cielo y tierra pero, vaya suerte la del Babas, terminó convenciendo al Cruzado de que hubo un malentendido y al final le endilgó una botella de brandy barato y hasta "le perdonó" lo que faltaba en el costo. Hijo de su madre ese Babas.

Suerte inmensa la del Babas. Un día leyó en el "Esto" un anuncio en el que contrataban gente para trabajar en Alaska y, no se qué haya imaginado el amigo Babas pero se la pasó contando a todo el mundo la gran odisea de viajar a Alaska y de la gran oportunidad que ello implicaba. Curiosamente era cierto, existía tal anuncio y, lo mas chistoso, contrataron al Babas que ya se veía en un iglú "sonriendo" con alguna alaskeña, comiendo pescado a toda hora y, en fin, todo un sueño. Bien Chilly Willy el amigo Babas.

La central de abasto descansó mucho sin la presencia del Babas, eso sí, pero el Fer, no se ría estimado(a) lector(a), LO EXTRAÑABA!!!!!!!! y sin embargo se alegraba de la fortuna del amigo José, Aka El Babas.

Pasados dos años de la partida del Babas el Fer también viajó a Alaska pero a él lo mandaron llamar y le pagaron el costo del viaje, alojamiento y todo, todo, todo. Se fue con su prepa abierta terminada y esperando regresar con dinero para costearse la carrera. Se imaginará usted que Fer leyó el mismo anuncio, pues no. Resulta que Fer le envió un dibujo al Babas del entorno de la central de abasto donde solían encontrarse a desayunar tamales con atole cada mañana (cortesía del Fer, claro) y el Babas lo colgó en su mesa de trabajo en la empacadora donde lo habían empleado. Un ingeniero chileno (y no es albur, en buena onda eh?) vio el dibujo, le preguntó, aquel le presumió que su "mero camarada" los hacía, le pasó los datos del Fer [en esta parte no se si fue despiste o de plano buena onda del Babas] y este ingeniero les planteó a los jefes de la empacadora la utilidad de tener a semejante dibujante técnico para crear los planos que se fueran necesitando. Cuando el Babas se enteró que Fer viajaba a Alaska, su furia y envidia fue tal que trató de quemar al buen amigo Fer. Resultado?, José fue despachado con todo y chivas a México.

Pasaron los años. Me gradué y todo eso y con el tiempo participé en un encuentro de dibujantes en que el que participamos diseñadores, ilustradores, arquitectos y pintores y, sí, adivinaron; el buen amigo Fer estaba ahí. Todo un arquitecto graduado con honores. Festejamos el encuentro y en un momento dado ambos nos quedamos con aquella interrogante morbosa: qué sucedió con el Babas?.

Sépase usted lector(a) que el ilustre Babas fue erradicado de la central de abasto. Se complicó la vida enredándose con rufianes de la mafia chilaquil, estuvo varias veces en reclusorios y centros de rehabilitación para adictos y al final se metió de guarura de ciertos funcionarios de cierto partido político que tanto odio [ok, no menciono a los bolillos]. Lo mas curioso es que ni guarura en forma es. Es un típico lambisconsillo lamebotas que acepta cualquier propina de los jefazos y a cambio humilla a quien es más humilde que él. Casualmente un día Fer se lo encontró, el Babas alardeó de su nueva posición y Fer simplemente se alejó de él sin darle ni teléfonos ni nada. Un servidor, cuando me tocó encontrármelo, no quise ni cruzar palabra formal pero sí en cambio le di un poco por su lado. Tristeza causó ver que alguien que lucía hasta imponente en sus años mozos, hoy era una triste caricatura de si mismo y un vano intento de sobrevivencia a su propia personalidad.

Mi reflexión es que el Babas ni siquiera podría ser un ejemplo de "Lo que no debes hacer" porque hasta para ser un hijo de la... se necesita cierto arte, arte del que el Babas carece. Fer hoy sufre las consecuencias de su estancia en Alaska, angina de pecho, pneumonías frecuentes, ciertos padecimientos reumáticos y cosas así pero está satisfecho, es feliz consigo mismo y cada tarde se sienta a beber su café, a visitar La Maraca o la Grilla sin partido, o ambas y a reirse un poco de su mero cuate el Messy Blues.

Vaya pues un saludo y un abrazo a mi buen amigo Fer, arquitecto, el mejor en mi opinión

Messy Blues

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