Translate

jueves, septiembre 18, 2025

Hace cuarenta años

19 de septiembre de 1985, la herida que nunca cerró


Han pasado ya cuarenta años desde entonces. Un amanecer que marcó para siempre a México. El 19 de septiembre de 1985 no es una fecha cualquiera: es un recordatorio imborrable de la fragilidad humana frente a la naturaleza, y al mismo tiempo, de la fortaleza de un pueblo que se negó a rendirse. Un México de acero.

Yo lo viví. No lo leí en los periódicos ni me lo contaron en la televisión. Sentí la furia de la madre tierra abrirse paso para demostrar su poder. Sentí el miedo, la incertidumbre y esa sensación imposible de describir de que la vida podía terminar en cualquier instante. No hay manera de borrar de la memoria el derrumbe de edificios, el polvo, los gritos de auxilio, la confusión generalizada. El miedo al estar en medio de todo aquello

Pero este texto no es para ponerme en el centro de la historia ni para dramatizar mi papel de sobreviviente. No es para ganar admiración. Escribir esto es un acto de memoria.

Es por todos aquellos que no volvieron a ver la luz del día. Es por los miles que perdieron a un ser querido, su hogar o el rumbo de su vida. Es por quienes todavía, como yo, cargamos con la pesadilla y vivimos con un miedo latente que despierta cada vez que suena la Alerta Sísmica.

Esa alerta, que pone los nervios de punta, no existía en 1985 y pudo haber salvado muchísimas vidas.

El terremoto del 85 no solo destruyó edificios, también derrumbó la confianza de un país entero en sus instituciones. Al mismo tiempo reveló, sin embargo, la fuerza de su gente. Miles de ciudadanos salieron a las calles con las manos desnudas a rescatar, a ayudar, a levantar escombros. México aprendió y demostró entonces que la solidaridad podía ser más grande que la tragedia.

Treinta y dos años después, en 2017, la tierra volvió a recordarnos su poder en la misma fecha: 19 de septiembre. La coincidencia fue cruel, como una irónica broma tratando de volver a abrir una herida que muchos aún no terminábamos de sanar. Como diciendo a las nuevas generaciones que la naturaleza es más poderosa que cualquier otra cosa.

Ese 2017 también hubo pérdidas, también hubo dolor y nuevamente se levantó el espíritu solidario que caracteriza a mi país.

Hoy, a cuatro décadas de distancia, sigo agradeciendo a Dios por la oportunidad de estar aquí para contarlo. Pero también sigo honrando la memoria de quienes no sobrevivieron. La memoria no se borra, se transforma en un compromiso con el honor para los que se fueron. No debemos olvidar, ni minimizar, ni dejar que el tiempo diluya la lección aprendida.

El 19 de septiembre no es solo una fecha en el calendario. Es un altar invisible en el corazón de México.

En memoria de quienes partieron en 1985 y en 2017. Recordar es honrar a quienes nos dejaron.

Respetuosamente

Messy Blues


Buy Me a Coffee at ko-fi.com

miércoles, septiembre 10, 2025

La Inteligencia Artificial; ¿Enemiga?

Los mitos de ignorancia y la tecnología mal usada


Recuerdo que, de niño, había una gran alarma general porque existía un supuesto grupo de fanáticos religiosos disidentes de la facultad de medicina de la UNAM que visitaba escuelas con el pretexto de vacunar a los estudiantes de primaria pero que en realidad buscaban esterilizar a los menores. Esto sucedió en la Ciudad de México, claro.

Tal asunto comenzó por la popular práctica del sistema del esténcil utilizando un mimeógrafo, que en los años setenta era una costosa maravilla, y algún pudiente ocioso leyó dicha nota en un periódico francés. Es decir, se trataba de una nota policiaca de París referente a un culto religioso y supremacista que buscaba exterminar castas no galas y no sajonas de la región de Europa Occidental, incluyendo solamente Francia y Alemania y siguiendo el ideario Nazi de Hitler, al que llamaban Gran Guía.

Lo que representa que el ocioso que tomó la nota policiaca francesa y adaptó la leyenda a la imaginería mexicana, omitió la parte en la que la Police Nationale francesa había capturado a dicha banda criminal cuando planeaban distribuir sustancias tóxicas entre la población de menores de la capital francesa y posteriormente de la alemana occidental (era aún la guerra fría). El sujeto utilizó entonces su mimeógrafo e hizo una volante anónimo advirtiendo a los pobladores de Polanco del peligro de dicha banda.

En resumen. El sujeto creó el mito valiéndose de su capacidad monetaria para poseer un aparato que en ese entonces era incosteable. Por supuesto que dicho mito trascendió y se convirtió en todo un asunto de histeria que incluso orilló a los padres de familia y docentes a solicitar protección en las escuelas. Privadas y públicas.

Cuando se descubrió el pequeño pero ruidoso fraude, las cosas apuntaban a notas más importantes como el primer accidente fatal del Sistema de Transporte Colectivo —Metro— en la ciudad de México, los Juegos Panamericanos y los muchos análisis a la entonces reciente visita de la Reina Isabel II de Inglaterra a México.

Pero el punto de enfoque aquí no es la repentina referencia histórica de la capital mexicana en 1975 sino la utilización de tecnología de manera equivocada. No era el miméografo el problema, sino cómo se usó.

Del televisor al internet

No hace mucho, cosa de semanas, revisaba los canales de cable y pocos me llamaron la atención. Noté, no obstante, que hay como veinte canales destinados a La Casa de los Famosos. Por lo que entendí, se trata de un Reality Show de obsesiva y morbosa neurosis para el que es evidente que se ha invertido mucho dinero. Esto me llevó a pensar en los muchos talentos verdaderos que prefieren utilizar plataformas como YouTube, Instagram, Facebook y Tik-Tok para crear programas más interesantes en el contexto cultural y artístico. Ya que el presupuesto mencionado no es algo con lo que ellos cuentan.

Es decir, la televisión oficial con cobertura al aire a nivel internacional, vende morbo, lo que no es nada nuevo, acepto. Es como descubrir el hilo negro y la ebullición del agua. Lo chocante es que lo hagan con sumas impresionantes de dinero sin una finalidad positiva.

Ahora regresemos un poco en el tiempo, otra vez, cuando las computadoras eran demasiado costosas y se podían escribir cosas que se imprimían después de ser corregidas y el cálculo programado en las hojas de administración empresarial —utilizando bases de datos— adquirieron una ventaja extraordinaria por encima de las calculadoras y el desperdicio de papel y floretes costosos.

No dejemos de mencionar el diseño gráfico y algunas cosas más igual de creativas. Lo gracioso fue que las computadoras tuvieron más boom por servir como consolas de juegos que por sus beneficios prácticos.

Más cercano está el uso de los blogs que tuvieron su mejor momento en agrias campañas políticas entre 2005 y 2012 y fueron desplazados por los video blogs de opinión que contenían más propaganda agresiva que propuestas progresistas. En otros casos no menos comunes traían al frente la superficialidad de los creadores de contenido (influencers).

En breve resumen, no fue la tecnología la que desplazó a nada ni a nadie sino el uso de la misma con la estupidez como herramienta. Es común leer a muchos en Facebook hablando de aquellos tiempos en los que los niños jugaban en la calle y los muchos carteros que perdieron su trabajo por culpa de los correos electrónicos. Yo mismo llegué a cuestionar el desplazamiento del teléfono de línea y los telégrafos por culpa de los Smartphone.

Sin embargo no fue la tecnología.

En los mejores tiempos modernos del teléfono, todos teníamos que encontrar alguna caseta o servicio de operadora para comunicarnos con otras personas y hacer acuerdos de negocios. En los ochentas se popularizó el Beeper para enviar un mensaje a base de impulsos y avisar a alguna persona para que se comunicara de inmediato. Ergo: se pagaba una fortuna para poder hacer lo que hoy resolvemos con llamadas o mensajes de WhatsApp, Messenger y, en el caso más nostálgico, un SMS o una llamada celular usando un paquete de servicios.


El internet mismo evolucionó mucho a partir de su nacimiento en 1969 con el ARPANET, que era exclusivamente de uso militar en los Estados Unidos y, para la sociedad, dicha idea era parte de la mejor ciencia ficción y en esos años pocos conocían ese secreto por su obvia naturaleza confidencial.

Fue hasta 1989 que se creó el ambiente World Wide Web (WWW) para comercializar el Protocolo de Control de transmisión/Protocolo de Internet (TCP/IP) creado a su vez en 1983 para reducir la dependencia de las terminales (computadoras) hacia los servidores (equipos de alojamiento de datos y transmisión).

El internet comercial de hoy es incluso muy diferente al internet de los años noventa cuando tu módem debía realizar una llamada telefónica para que tú pudieras navegar.

Mi punto al mencionar todo esto es que en los tiempos en que la tecnología no estaba tan avanzada como ahora se invertía mucho dinero, tiempo y recursos materiales. Realizar llamadas a socios comerciales en otros países resultaba costoso y se dependía mucho de los cambios horarios, disponibilidad de horarios de trabajo y en la mayoría de los casos del FAX, que también implicaba una llamada a costo real.

Podemos ponernos muy nostálgicos pero, en una comparación estúpida, trato de imaginar a Jimi Hendrix en 1966 utilizando un laúd medieval sin amplificadores haciendo el mismo sonido que lo hizo famoso. O también a Yngwie Malmsteen sin su guitarra tocando el violín como Paganini y al mismo tiempo conseguir la popularidad que tiene hoy en día. Es decir, sería imposible. Las guitarras eléctricas y los amplificadores son parte esencial de ellos dos y ambas cosas fueron un avance tecnológico en su momento.

Cuando se atacan esos avances recordando aquellos viejos y buenos tiempos, se suele tener una memoria selectiva porque nadie parece recordar cuando se carecía de los mismos. Pero acepto que existe el otro lado de la moneda.

Existe el peligro de la alienación, eso es cierto. Pero con el primer ejemplo que expuse aquí —la falsa campaña a partir del uso del mimeógrafo— también podemos detectar que ese peligro no es de hoy. Tal vez es más acentuado hoy, pero no es nuevo.

La estupidez como problema central

Aquí es donde entra en juego uno de mis temas favoritos con dos de mis autores favoritos: La Teoría de la Estupidez, a cargo de Dietrich Bonhoeffer y Carlo Cipolla. Los traigo —de nuevo—al frente porque eso es exactamente lo que sucede con la tecnología, suele caer en malas manos y por consecuencia es mal utilizada. En un modo mayoritario, aclaro, más no general.

En la sociedad dominada por la estupidez aceptada existen dos tipos de personas: Los Bandidos y Los Estúpidos. Los primeros explotan la tecnología aprovechándose de los otros creando una dinámica de consumo que el bandido ha planeado para hacer que el estúpido sea su consumidor. Obviamente ambos tienen una identidad colectiva en este escrito.

Muchos artistas como músicos, pintores y literarios; hemos tenido algún momento el recelo de la Inteligencia Artificial por sus muchas capacidades. Actualmente crean imágenes, videos y hasta voces con un realismo más allá de lo impresionante. Y también existe la capacidad de hacer canciones utilizando la inteligencia artificial.

Aunque yo mismo entraría al debate cuestionando la creación poco ética de fotos, videos y música; debo hacer notar que incluso en trabajos bien realizados existe la posibilidad de determinar lo que está creado por inteligencia artificial y lo que no lo está. Existe algo llamado Test de Turing, creado para probar la capacidad de dicha tecnología, que ayuda a diferenciar la lógica en las cosas creadas por la inteligencia artificial y detecta sus rastros por los códigos que esta tecnología utiliza.


El punto sigue siendo que precisamente esa es la parte barata del uso de la inteligencia artificial (ó IA). En el caso del uso comercial, para tener una herramienta capaz de realizar trabajos que casi reemplacen el trabajo manual (énfasis en “casi”), sin estar entrenado debidamente, se debe pagar mensualmente por una aplicación que originalmente está prometida como gratuita con los subtítulos casi invisibles de compras dentro de la aplicación. Hasta el día de hoy no existe herramienta alguna con semejante capacidad que pueda usarse y no pagar por ello. Una de las tretas del bandido para atraer estúpidos.

En las redes sociales, de hecho, ya se han integrado funciones de inteligencia artificial que pueden crear un discurso y publicarlo; ya sea una opinión o una historia, sin necesidad de pensar más que en un argumento de tres o cuatro líneas que la IA va a desarrollar. En este punto, los vivales se están aprovechando de los tontos que buscan éxito fácil, y de hecho esos vivales se hacen millonarios a costa de eso.

Pero también existe la utilidad positiva de la inteligencia artificial.

La IA entre el progreso y el desperdicio

Actualmente las empresas de logística, por tomar un ejemplo, utilizan la IA para llevar control de los inventarios de sus clientes y en sus bodegas manejan sistemas de drones para hacer lectura de los números de serie, cantidades, estados, fechas de embarque y datos de los clientes. Tanto de origen como de destino.

Anteriormente se requería que los empleados de bodega realizaran esa tarea pieza por pieza en un lapso de una semana hasta incluso un mes, dependiendo el tamaño de la compañía.

Para que dichos drones funcionen en horarios establecidos y en solicitud del técnico a cargo, deben realizar la tarea que una fuente de inteligencia artificial les ordena. Los empleados que antes realizaban dichas tareas ahora se encargan de descargar, ordenar y posteriormente cargar de nuevo los productos que esas compañías manejan para sus clientes con mayor libertad.

Adicionalmente, algunos clientes pueden llevar su propio control desde sus oficinas ejecutivas a través de aplicaciones y programas con los que la inteligencia artificial se encarga de enviarles información en tiempo real.

Como dicha tecnología está hecha para realizar tareas repetitivas que, en manos de humanos, generan margen amplio de errores, dichos errores se reducen en un ochenta por ciento. Lo que podría sonar simple pero, en cuestión de resultados, para las empresas y organismos de gobierno, ese porcentaje significa la diferencia entre el éxito y la bancarrota (para los gobiernos puede representar pérdidas fatales en las arcas).

Esas mismas empresas, y muchas más de otros tipos, actualmente se están mudando al uso de flotillas de camiones de carga eléctrica así como una compleja vigilancia que no sólo consiste en rastreo satelital sino también de internet y varios niveles de GPS. Todo controlado y optimizado por sistemas de inteligencia artificial manteniendo el seguimiento de cada vehículo desde diferentes sistemas garantizando sus funciones y protección.

Por su lógica multidireccional y sin efectos emocionales, la inteligencia artificial también logra manejar una impresionante cantidad de datos que mantienen al día a las empresas y órdenes de gobierno, de la misma manera que, hoy en día, resuelve sin que sea notorio muchos problemas que antes hacían complicado manejar dispositivos celulares y su relación con las compañías telefónicas. Las tarjetas de transporte por cierto, ya son manejadas por la IA, así como el control de los sistemas de viajes de aviones, autobuses, trenes y barcos, entre otros.

El paradigma

El ser humano, frente a todo esto, ahora tiene la opción de aprender a manejar esos sistemas que, por simple lógica, no pueden hacerlo por su cuenta. A pesar de las muchas leyendas tétricas que afirman lo contrario.

El trabajo manual humano también se facilita con la ayuda de esta tecnología y de hecho hasta algunos sistemas de hidroponía para el uso agrícola tienen un gran resultado a partir del uso de la IA.

No es fácil enfrentar cosas nuevas. Se entiende la desconfianza a partir de las cosas que, por su funcionalidad, pueden prestarse a perjudicar a terceros, pero sucedió en su momento lo mismo con otros adelantos como la fotografía, el celuloide (películas), el teléfono, el internet y de hecho hasta algunas cosas que en su momento fueron el alcance mismo de la tecnología avanzada.

En algo estoy de acuerdo sobre el miedo a esta tecnología y es lo que ya he repetido varias veces: el mal uso.

Un arma es peligrosa en manos equivocadas, así como el poder político. Un tonto puede utilizar una excelente computadora para ver, descargar y hasta vender pornografía, e incluso vivir de ello (bueno, ni tan tonto pero conocemos el punto, ¿no?).


El mejor Smartphone, diseñado para simplificar la vida laboral y conectarla a la personal, puede ser utilizado para ver videos estúpidos y memes mediocres en redes sociales. Sin omitir a los acosadores que se dedican a buscar chicas de buen ver o las chicas de cabeza hueca que suben más fotos en bikini que las veces que se rascan la cabeza.

Si le das un horno de repostería a quien sabe hacer pan, pizzas y buena bizcochería; el horno será bien utilizado. Pero si se lo das a un idiota, dicho horno terminará en alguna casa de empeño o calentando carne asada los domingos mirando el futbol y bebiendo cerveza. Toda vez que un horno de repostería no está hecho para asar carne. Y espero que se entienda el punto.

Básicamente, aquí se expone el hecho de que la IA está siendo manejada en dos ambientes opuestos: el del progreso y el de la estupidez. La estupidez es la única fuerza que no tiene límites y que puede destruir sistemas complejos y prósperos desde dentro. En contraste, el uso correcto de la herramienta marca avances y evolución.

En la Teoría de la Estupidez, Bonhoeffer y Cipolla tienen enfoques orientados en diferentes bases pero con la misma finalidad. Cipolla define la estupidez no como falta de inteligencia, sino como un comportamiento irracional que perjudica a otros sin generar beneficio propio, o incluso perjudicándose a sí mismo. En tanto Bonhoeffer destaca el peligro del poder en manos de una persona estúpida. Ambos coinciden, entre otros puntos, en la clasificación de personas en cuatro cuadrantes:

Inteligentes: Actúan para su propio beneficio y también benefician a los demás (Gano yo, ganas tú).

Incautos: Actúan para beneficiar a otros pero se perjudican a sí mismos (Pierdo yo, ganas tú).

Bandidos: Actúan para su propio beneficio perjudicando a otros (Gano yo, pierdes tú).

Estúpidos: Sus acciones perjudican a otros y también se perjudican a sí mismos (Pierdo yo, pierdes tú).

Bonhoeffer profundiza en la existencia de estúpidos que tienen control y poder y lo utilizan en perjuicio general. Tal es el caso de los fanáticos de las novedades estimulantes y baratas de la tecnología. Los controladores sacarán provecho personal y los manipulables invertirán en ello.

La estupidez de los controladores en este caso radica en su necesidad de tener poder sin tener una idea clara del contexto de la tecnología hacia la productividad real. Como usar un Ferrari como taxi, como burdo ejemplo.

Ahora, apliquemos a detalle esta lente en la tecnología. No todo mal uso es estúpido; a menudo es malicioso (bandido). La clave es identificar cuándo cruza la línea hacia la verdadera estupidez.

¿Cómo actúa el estúpido manipulador? (o malicioso)

Este, y sus derivados, es el tipo de personas que ponen en polémica todo avance tecnológico pero en este caso hablaremos de la IA y del comportamiento de estos ejemplares. Ellos utilizan el diseño adictivo y el discurso convincente para promover la polarización, la desinformación y la comparación social negativa. En mayoría, son quienes más visitas tienen en sus plataformas y redes sociales debido al morbo y la reacción instintiva de sus seguidores.


Ganan dinero con el enganchamiento para apoderarse del tiempo y los datos de sus seguidores (y el dinero de sus clientes, de haberlos), aunque perjudiquen la salud mental de estos. Y casi siempre utilizan un modelo éticamente cuestionable de negocio que es racional para ellos.

Cuando la desinformación que promueven —como las teorías conspiranoicas y el negacionismo— erosiona la confianza en las instituciones, la ciencia y la democracia, crean un entorno social tóxico e inestable donde todos pierden, incluidas las propias empresas tecnológicas que operan en ese ecosistema. Dicho de manera coloquial: están cortando la rama en la que están sentados.

Este tipo de idiotas no solo están al frente de la cubierta de dulce formada por las plataformas y redes sociales, también los hay que tienen en sus manos tal poder que podrían considerarse el némesis de la humanidad misma. Entre muchos otros ejemplos, los estúpidos con poder pueden (o trabajan en ello manipulando a quienes pueden) desarrollar tecnología de inteligencia artificial sin ética ni control, como hay casos en la carrera armamentística.

Conclusión: La tecnología en sí no es estúpida. Es una herramienta neutra. El uso bandido de la tecnología es común y predecible porque es gente que busca beneficio a costa de otros.


El verdadero peligro, que encaja perfectamente en la Teoría de Cipolla, es el uso estúpido de las herramientas tecnológicas en cuya dinámica falta la visión a largo plazo. En esta irracionalidad e incapacidad de ver las interconexiones del sistema, los fanáticos de estos idiotas son llevados a un terreno en donde todos pierden, incluido el imbécil que inició la acción.

La tecnología amplifica el poder de la acción humana, pero también amplifica el potencial de estupidez. Un estúpido con un palo es un problema local. Un estúpido con el manejo de inteligencia artificial, una plataforma global o una herramienta de ingeniería genética, es un riesgo global.

La solución, como sugeriría Cipolla, no es detener el progreso, sino ser conscientes de esta dinámica y diseñar sistemas (leyes, educación, ética y controles) que protejan a la sociedad de los maliciosos y, sobre todo, que limiten el inmenso daño que los estúpidos en general pueden infligir con las herramientas equivocadas.

La IA no es el enemigo. El verdadero peligro es la estupidez humana amplificada por la tecnología y yo no le temería a la inteligencia artificial, les tengo más miedo a los idiotas.

Es cuánto

Messy Blues


Buy Me a Coffee at ko-fi.com

martes, septiembre 09, 2025

Tommy The Who

El mago del pinball


1969 fue un año de evoluciones para la música Rock, fue una era parteaguas en grandes sentidos como el hombre en la luna (asunto muy discutido) la guerra fría, la deshonra de los movimientos estudiantiles ante el poder imperialista de EEUU, el recrudecimiento de Vietnam y el ascenso de su creador (Richard Nixon), y la celebración del verano eterno sumando el inminente rompimiento Lennon-McCartney, la muerte del Rolling Stone Brian Jones y los muchos arrestos al Rey Lagarto, Jim Morrison tanto como la celebración del festival de Woodstock y el incidente Abbie Hoffman que defendió al activista político John Sinclair subiéndose al escenario de The Who en ese Woodstock y siendo derribado a fieros guitarrazos por el mismísimo Pete Townshend que lo envió al hospital.

Pero Pete es algo más que un vanidoso golpeador de activistas. Es el guitarrista alto y tímido que compuso la mejor música de los sesentas a cargo de The Who y como guitarrista líder de ellos. Pete. desconcentrado y fuera de moda al no consumir ni drogas ni alcohol intentaba exponer su propia problemática de niño acosado en una historia inspirada por FS Sorrow de los Pretty Things y creó la historia de un niño ciego, sordo y mudo dando sus peripecias en canciones que van desde un padre perdido en la guerra que luego regresa inesperadamente, asesina al nuevo marido de su esposa en frente del Tommy Walker (de 6 años) y le causa un trauma que lo deja como mencioné arriba.

Luego Tommy pasa por muchos intentos de curación desde un predicador farsante, una gitana drogadicta y finalmente un médico que les indica que Tommy debe enfrentarse con el problema que lo dejó ciego, sordo y mudo. Claro, al Tommy le toca lidiar con los típicos familiares perversos como el infame primo Kevin y el desgraciado tío Ernie (ambos personajes creados por John Entwistle).

Al final descubre que su único pasatiempo (el Pinball) es lo que lo lleva a la revelación y, cuando Nora su madre le hace romper un espejo en el que siempre se refugiaba el Tommy, es que este se cura milagrosamente dando paso a un falso mesías que arrastra a sus seguidores a los excesos que toda religión lleva y termina la historia en la destrucción del Campo de Recreo de Tommy en manos de esos seguidores y fanáticos.

Este álbum es para mí uno de los mejores en la historia del rock a pesar de que como guitarrista deberían gustarme discos mas orientados a los guitarristas líder. Lo curioso es que los mejores discos del rock están a cargo de bandas completas, casi de solistas no.

Tommy es un respiro intelectual de la inspiración de un rebelde incomprendido como es Pete Townshend y en cierto modo es la obra que le dio distinción a aquel convulsivo 1969 con todo y su Woodstock y que logró enfrentar a los mismísimos Beatles abatiendo su histórico Abbey Road en las listas con el sencillo Pinbal Wizard como punta de lanza.

Tommy se convirtió a la sazón en un distintivo de The Who y mereció resucitaciones tales como aquel Tommy Symphony" con la orquesta sinfónica de Londres, Tommy The Movie con luminarias tales como Ann Margret, Jack Nicholson, Oliver Reed, Elton John, Tina turner y hasta Eric Clapton sin contar a los propios Who con el vocalista Roger Daltrey como Tommy Walker y 18 años después de esa película fue llevado al escenario de Broadway en manos de Des McAnuff y el propio Townshend.

Para el gusto de muchos, Tommy fue la semilla que germinó en rock óperas posteriores y hasta le valió que los metaleros le robaran el concepto inventándose su estruendoso recurso de combinar voces de opera con elementos de heavy metal y a tan insana combinación le llamaron Género Opera Rock que por cierto está mal usado.

Bueno, por estos días Tommy cumple 57 años de haberse comenzado a grabar. En septiembre de 1968.

Es cuánto

Messy Blues


Buy Me a Coffee at ko-fi.com

jueves, agosto 21, 2025

La depresión NO es un juego

La importancia de pedir ayuda profesional


Recientemente sufrí la pérdida de una amiga muy querida. Una modelo y dibujante de Michigan, 
Kelsey Lily Carlysle. Joven de treinta y cinco años con un gran futuro por delante como modelo y artista plástica. De hecho, por sus muchos talentos, ella tenía muchos amigos y seguidores además de mucha preparación cultural.

Repentinamente solíamos debatir de temas simples basados en los libros que ambos habíamos leído y también de música y hasta sostuvimos debates sobre cosas en las que divergíamos. Ella siempre tuvo una forma muy amable para dirigirse a mí y por supuesto que yo le correspondía con el mismo respeto.

En resumen, yo me sentía muy honrado con su amistad.

Pero Kelsey —o Lily, como solíamos llamarla— enfrentaba problemas emocionales que nadie de quienes la tratábamos pudo ver, porque ella simplemente NO los mencionó jamás —por supuesto, solamente su círculo íntimo lo sabía—. Nadie de sus amigos pudimos ver ninguna señal de alerta pero, de acuerdo a su pareja Kevin, ella luchó contra el fantasma del desorden bipolar por años.

Finalmente, el 11 de Agosto pasado Kelsey se rindió, a los treinta y cinco años y con muchas expectativas y muchas metas de sí misma que sus problemas no le permitieron alcanzar.

La depresión no es tristeza común, ni un mal día, ni algo que se pueda resolver con frases de échale ganas. La depresión es una enfermedad real que afecta la mente, las emociones y el cuerpo. Y como toda enfermedad, necesita atención profesional.

Muchas veces, por miedo o vergüenza, las personas callan su sufrimiento. Piensan que ya pasará, que no quieren molestar a nadie, o que pedir ayuda es signo de debilidad. Nada más lejos de la verdad: pedir ayuda es un acto de valentía.

Un psicólogo o un psiquiatra no solo escuchan, sino que cuentan con herramientas científicas y médicas para acompañarte en tu proceso de sanación. A veces se necesita terapia, a veces medicación, y siempre se necesita alguien que pueda guiarte con conocimiento y humanidad.

La vida no es perfecta, lo sabemos. Pero siempre hay caminos que pueden llevarnos a recuperar el sentido, la paz y hasta la alegría. Y ese primer paso suele ser el más difícil: levantar la mano y decir necesito ayuda.

Si estás pasando por un momento difícil, recuerda:
  • No estás solo. Más personas de las que imaginas han pasado por lo mismo.
  • No tienes que cargar con todo tú solo. Pedir ayuda es una muestra de inteligencia y amor propio.
  • Los profesionales están ahí para ti. No se trata de un lujo, sino de un derecho humano: tu salud mental importa tanto como tu salud física.
Es importante que tomes en serio cada señal en tu estado de ánimo, los desórdenes emocionales no siempre se deben a situaciones coloquiales y/o rutinarias. Recuerda que le importas la gente que te ama y te necesita.

Buscar ayuda no te hace débil: te hace fuerte. Y puede ser la diferencia entre  actuar a tiempo o un desenlace grave.

Por Kelsey y por muchas personas que enfrentan estos males es que les ruego que, ante cualquier señal, acudan a un especialista. La salud mental es tan importante como la física.

Muchas Gracias por leer

Messy Blues

Buy Me a Coffee at ko-fi.com

martes, julio 15, 2025

La Magia del Pincel

Emilio Martínez; creador de universos



En el pueblo del que se ha dicho que yo vengo: (aunque en realidad yo soy nacido en la Ciudad de México pero mi familia es de ahí) Salvatierra Guanajuato, en México; se han dado algunos buenos genios del arte y algunos de ellos son mis amigos, tengo el honor, pero hay uno en particular que merece mi atención en esta ocasión: el Arquitecto Emilio Martínez Cervantes. No fuimos exactamente compañeros de juegos infantiles ni de correrías juveniles aunque sí somos de la misma generación y culturalmente nos gusta casi lo mismo. Emilio siempre ha sido creativo y ha vivido sus momentos tal y como se vive la vida, sin ocuparse de tonterías. Para ilustrarlo de alguna manera, podría asegurar que, es tan inteligente y avanzado, que el primer fan neto de Pink Floyd en México, o al menos en Salvatierra, fue Emilio.

Por supuesto yo puedo decir muchos elogios hacia un amigo pero creo que en este caso Emilio merece la mención. Como muchos de ustedes saben, aparte de músico de Rock soy ilustrador y por consecuencia también soy admirador de artistas hábiles con sus pinceles. Como saben también, yo nunca he tenido filtros y, aunque pueda equivocarme, siempre traigo en el bolsillo las bases y argumentos para hablar sobre algún tema. Emilio me concede demasiadas razones para mencionarlo, por su talento y por su capacidad poco común de poder ver más allá de un lienzo en blanco. Digamos que Emilio posee la capacidad de escuchar a las pinturas que piden ser creadas.


Hablando claro, yo no soy crítico de arte ni mucho menos pero sí conozco el arte aunque pocas veces me da por opinar sobre el tema. Sin embargo soy muy apasionado cuando algo me llama la atención y suelo crear mis preferencias como las Guitarras Fender, la cultura eslava (Rusia y Ucrania, no me molesten con ideas políticas, por favor), el Rock Progresivo y el Hard Rock, la floricultura, el origami, las artes marciales japonesas y las películas de culto y arte, entre otras cosas. Pocas veces, confieso, suelo elogiar a los propios, la familia y amigos que vi crecer con sus talentos de los cuales soy testigo.

Por lo regular somos entes que solemos menoscabar a los que nos rodean. Somos capaces de ponerle un altar a Jimi Hendrix y menospreciar al amigo que también toca la guitarra o bien, pretender que Claude Monet y Rembrandt son pintores que jamás podrán ser siquiera igualados, mucho menos aquel amigo que vimos cómo dibujaba obras de arte en sus cuadernos escolares. Así somos como sociedad y eso está mal. Por tal razón me decidí en hablar de mi amigo Emilio, exitoso arquitecto, empresario y por supuesto genial pintor. Aclarado el punto de que yo no soy un crítico experto pero sí un sibarita del arte.

Una frase que encajaría perfectamente como parte de su idiosincrasia sería: La Arquitectura es para vivir y la pintura para sentir... con ningún minuto perdido para debatir con mentes mediocres. Justamente es parte de lo que hace especial a alguien como Emilio, que no le gusta desperdiciar algo tan valioso como es el tiempo. Arquitecto por oficio, pintor por obsesión, Emilio solo convive con almas que no confunden lo caro con lo valioso, ni lo popular con lo genuino. Aquí no hay lugar para complacer encargos de hazme algo bonito… Emilio pinta porque así le da la gana bajo la idea de hacer algo verdadero.

Para Emilio Martínez el arte no es decoración, el arte es la expresión del espíritu, salvaje y suave al mismo tiempo, viviendo en el artista. De acuerdo a mí, el arte es un acto de brutal honestidad y sublime declaración de amor a la vida. Bajo esa idea, creo que Emilio Martínez Cervantes construye espacios y pinta lienzos para quienes entienden que la belleza no es contenido para Instagram, sino una inevitable manera de vivir al mismo tiempo que se sueña. Su obra —libre de clichés, popurrís decorativos o concesiones al mal gusto— es un refugio para quienes buscan profundidad en la línea, alma en el color y coherencia en el espacio. ¡Ah caray!, me salió bien inspirado eso, ¡pero es verdad!.

La buena arquitectura educa; la mala, destruye. Eso es algo que nuestro amigo Emilio podría pensar de su profesión, o al menos a mí me da esa impresión, y paralelamente podemos agregar que Emilio pinta como si sus cuadros los vieran solo quienes saben mirar -frase que por cierto aparece en su website oficial-. Digamos que Emilio no pinta para quien pregunta cuánto cuesta, Emilio pinta para hacer reflexionar a todos por qué sus pinturas existen. Emilio no pide permiso para crear universos, como bien dice mi colega y amada amiga Clarisse Hommz -guitarrista profesional-: Woody (así llama ella a Emilio) hace que tú pidas permiso de manera inconsciente para ser digno de apreciar su arte. Así de bueno es Emilio Martínez Cervantes, alguien que destaca por su honestidad espiritual y artística en un mundo donde todo se vende, en donde sus pinturas son aptas solo para quienes reconocen que el espacio y el arte son preguntas, no respuestas prefabricadas.

Hay artistas que decoran galerías de esnobistas, y luego está Emilio Martínez Cervantes: el pintor que, con sus cuadros, derriba muros —los físicos y los mentales—. Conocí su trabajo hace muchos años, y desde entonces no puedo ver una fachada lisa o un lienzo vacío sin preguntarme: ¿Qué haría Emilio aquí? ¿Cómo rompería las reglas sin decirlo?. No es Emilio el tipo de artistas que se apegue a las modas, Emilio es alguien que crea cultos espontáneos, sin etiquetas y sin cadenas, que es la mejor parte de lo que él hace, después de su talento, claro. Sus pinturas no son simplemente cosas bonitas, son espejos. Si solo ves colores y formas, no tienes idea de lo que es arte pero si en cambio reconoces la ironía en ese trazo aparentemente caótico, o la geometría oculta en ese rostro difuminado, felicidades: sí sabes de arte.

Él es el tipo de genios que no desplazan lo establecido, y esto tanto en pintura como en arquitectura, ya que él logra reinventar el concepto de lo que ya existe y, a su vez, abre nuevas puertas y caminos, mejorando la apuesta. Emilio puede describir la alegría de un simple símbolo técnico que describa una época, él es capaz de retratar y describir el sangrado del alma y convertirlo en un canto visual. Vamos, por demás está decir que Emilio parece haber nacido para justificar la existencia de los pinceles. Y después de tantas flores creo que un día Emilio me va a exigir las macetas para ponerlas. Pero hablando con toda honestidad, me nace opinar sobre él porque es algo que ya tenía tiempo de querer hacer, reseñar su trabajo. Emilio no es un artista para todos (y él lo celebra), pero si alguna vez has mirado un cuadro abstracto y has sentido que te devolvía la mirada, o has entrado en su espacio y notado que respiraba, entonces su obra espera que la visites. Y si no… bueno, para los idiotas siempre queda la decoración con plátanos pegados con cinta.

Si alguna vez, amables lectores, han entrado en una de esas casas de diseño que

parecen sacadas de un catálogo de muebles para psicópatas (todo blanco, nada cómodo, y sin alma), entenderán por qué el trabajo de Emilio Martínez Cervantes es un soplo de aire fresco. Él construye mundos que se viven pintando cuadros que se sienten… aunque no siempre se entiendan -y él está perfectamente cómodo con eso-. Sus pinturas podrían no combinar con tu sofá. Si buscas un cuadro que haga juego con las cortinas, mejor ve a una tienda de decoración de interiores. Sus obras son para quienes prefieren que el arte les haga preguntas incómodas o los proyecte al cosmos en vez de servir de fondo para selfies. Sus cuadros no se integran al decorado, sus cuadros dominan el ambiente mismo

Un cierto día, mi adorable colega Irina Briseño (que es fan de los cuadros de Emilio) dijo que el Arquitecto Martínez -a quien llama Emilito- es tan crudo, honesto y directo que si alguien le pidiera un cuadro muy alegre, con la obvia intención de darse el lujo de decorar su oficina o el cuarto de los libros, Emilio le entregaría un lienzo totalmente en negro con un punto amarillo en la esquina titulado: La Felicidad en Tiempos de Instagram. Tal chiste me hizo reír a carcajadas por horas pero hay algo de cierto en ello, el arte de Emilio, al alimón con su personalidad misma, no es algo que te entrega respuestas fáciles, su talento es un reto emocional que te invita a viajar en la magia a bordo de un globo aerostático creado de realidad sin mentiras.


Por su parte, la adorable y bella violinista Daniela Noriega, quien es amiga de ambos, opina que las pinturas de Emilio pueden ser caras -que las hay- pero a mucha gente le ahorrarían una fortuna en terapias. Dice en tanto Doña Jazmín, madre de Irina, que Emilio hace reflexionar en el hecho de que sus pinturas te enfrentan a la realidad porque él no hace pinturas sustentables, Emilio hace pinturas que valen la pena y, más allá, Luisa Itzel Galindo -hermosa veterinaria- dice que una frase muy lógica que Emilio podría decir sería: Si tu apreciación del arte cabe en un filtro de Tik-Tok, tenemos un problema.

Sin embargo, y un poco para justificar que este artículo no lo escribo por lambiscón, es cierto que existe una anécdota muy divertida que él y yo no hemos conversado directamente pero sí la mencionó a las chicas señaladas arriba (Irina, Daniela, Clarisse e Itzel) y que me hicieron carcajear cuando me preguntaron. Un encabezado adecuado para esta anécdota sería: Emilio Martínez Cervantes; El arquitecto que pinta como un anarquista, pero responde emails como diplomático.

Emilio es el único tipo que puede mandarte al demonio con una sonrisa educada. Cuando después de años de distanciamiento (él en Houston, y yo en la Ciudad de México) me agregó en Facebook, yo —siempre fiel a mi papel de agitador profesional— le solté un Pero soy Tonatiuh, ¿no hay problema?, por si a Emilio le preocupaba que su reputación de arquitecto serio se manchara por asociación. Su respuesta fue una risa y un inaudible ¡No seas mamón! que solo los viejos amigos pueden perdonar. Sinceramente yo no me enteré de su reacción hasta mucho después en voz de mis adoradas Aldeanas, citadas arriba, y yo me partía de la risa. Ciertamente mi intención era de prudencia pero la de él fue de madurez. No obstante, es algo que pasó a la posteridad y en casa a veces se menciona con humor lacónico que ha comenzado a trascender en el linaje de los Hendricks. Así es Emilio Martínez Cervantes.

Mientras yo, Tonatiuh, me ganaba mi reputación de rojillo de la guitarra en

nuestra ciudad de origen, Emilio prefería una rebelión más silenciosa: manchar lienzos con colores que los bienpensantes considerarían demasiado intensos y diseñar edificios que, literalmente, reinician el disco duro del entorno. Emilio es la prueba de que se puede ser un revolucionario en modo sigiloso. Mientras yo me ganaba las miradas de reproche por tocar Smoke on the Water en la plaza, él se ganaba premios de arquitectura y luego se reía en privado de la reacción de los aspiracionistas. Hoy, después de años y un pero soy Tonatiuh de por medio, sigo siendo el amigo que lo saca de quicio y él sigue siendo el único que entiende que, en el fondo, los dos jugamos al mismo juego: romper las reglas, cada quien a su manera. Frank Sinatra nos invitaría una copa a ambos por la misma razón.

La obra de Emilio es un grito de libertad sin filtro, él sabe jugar con las reglas para luego torcerlas. Es como si Emilio hubiera descifrado el código del universo y lo interpretara en sus lienzos.

De los dos hijos más creativos y más inconformes de Salvatierra, él es el que dibuja las líneas y yo el que les da sonido con mi guitarra. Sea entonces que, mi sombrero se agita en honor de alguien a quien respeto mucho y de quien merece la pena mirar sus pinturas.

Es cuanto

Messy Blues

lunes, mayo 05, 2025

Guía práctica para ser un “Rico Nuevo” (y que todos te odien en el intento)

Lecciones avanzadas de mala educación, incivismo y prepotencia


Introducción

En un mundo donde la elegancia y el respeto están sobrevalorados, hoy te enseñamos cómo triunfar siendo grosero, ostentoso y completamente ajeno al sentido común. Si eres de los que creen que el dinero o el "Nivel Social" te dan licencia para pisotear al prójimo, este manual es para ti.

Lección 1: El arte de la ostentación

No debemos perder de vista el “Estilo” que debe caracterizar a alguien de tu clase, ya sabes: Un Flamante Rico Nuevo… o bien, Un esforzado aspiracionista que quiere convertir sus ingresos limitados en una excelente cuenta bancaria de débito, por ahora. Ese estilo nos define, recuerda, y no debe cambiar en ningún momento y las reglas de oro son: ropa con brillitos, tenis fosforescentes, masticar chicle como meretriz, anteojos oscuros aunque estés en interior o de noche, no despojarte nunca y bajo ninguna razón de tu gorra “Chaka” en algún restaurant. Recuerda, ostentación antes que nada.

Un verdadero “Rico Nuevo” nunca pasa desapercibido. Asegúrate de mencionar el precio de TODO lo que compras, especialmente si es una imitación. ¿Un reloj? “Es Swiss, mi amor, pero no cualquiera lo nota”. ¿Un BMW? “Sí, es de agencia, pero lo disfracé de Tsuru usado para despistar. Ya sabes, ¡estos tiempos duros!".

Si no subes 15 historias de Instagram en el restaurante más caro de la ciudad (aunque sólo hayas pedido agua mineral), ¿en qué momento viviste?".

Lección 2: Modales en la vía pública (o la falta de ellos)

Recuerda, los demás son pobres que están aquí para tenerte envidia, y envidia de la brava. Si nadie se abre para darte el paso, para eso están los codos. No importa si es una dama (¡joder, estamos en la era de la igualdad!), un menor (¿por qué su madre no se fija que eres tú quien va a pasar?), una persona mayor (¿qué, ya se llenaron los asilos?) o una señora en estado de ingravidez (¿qué, tú tuviste la culpa?).

Si manejas tu carro que te distingue del resto de mortales, ¿para qué sirven las direccionales si tú sabes a dónde vas?, los demás deberían adivinarlo. Y los estacionamientos para discapacitados son sólo una sugerencia, no una ley. Recuerda siempre eso.

Otra regla fundamental es recordar la ley de todo “Rico Nuevo”: “Yo me aviento aunque no me toque”. Aplicable en el tráfico, filas del cajero automático, ó el súper, y también al hablar con alguien (hablas más alto = más razón tienes).

Lección 3: Trato a los meseros, empleados y demás “Gente Invisible”

Jamás debes dejar de demostrar quién eres tú. El resto de pobres debe entender que TÚ eres más importante que el propio Rey de Inglaterra siquiera, o al menos el equivalente. Todos esos que trabajan para ti deben esmerarse en complacerte y entender que tú eres diferente y especial, que te has esforzado mucho en alcanzar el estatus que tienes. Digo, no en balde eres de los que invierten tres horas regateando la ropa de costal en los mercados ambulantes. Tu comportamiento ante los pobres debe dar lecciones y marcar un impacto. Debes chasquear los dedos para llamar al mesero, o empleado, o el ejemplar de servidumbre que se te ponga enfrente, ¿qué, no eres acaso importante?. Como consejo adicional: si exiges hablar con el gerente porque la sopa estaba “Demasiado Caliente”, te dará puntos extra.

Frases clave cuando alguien opine distinto a ti: “¿Tú qué sabes?”, o bien: “¿Acaso yo te pregunté?”
 
Lección 4: La Ley del “Yo primero”

Todo “Rico Nuevo” que se respete y se haga valer, jamás debe olvidar dejar clara su clase y demostrarla en lo más posible y las reglas básicas del modo de vida deben quedar claras como tener basura en su lado de la calle, música a todo volumen a las 3 AM, hacer mucho ruido con la motocicleta pagada en abonos y traer mascotas sin correa… ¡Tú disfruta! El vecindario es tu patio trasero.

Si te amonesta la policía, recuerda: la culpa siempre es del otro. ¿Educación?, eso es para pobres.

Recuerda que para dejar claro la clase a la que perteneces: debes tener en mente, siempre estos detalles: comprar en el antro una botella de $500 y dejarla a medias, ¡nomás pa’ que vean!. Y, recuerda también que siguiendo estos pasos, lograrás que te recuerden por todo lo malo… pero, bueno, ¡¡al menos hablan de ti!!

---------------------------------------------

Existen dos preguntas de calentamiento para enfrentar el Examen Final de Maestría en Incivismo:

1.- ¿Cuántas veces al día gritas en el tráfico: “¡Muévete cabrón!”?

2.- Del 1 al 10, ¿qué tan seguido dices “¿Sabes quién soy yo?”

--------------------------------------------------------------

Examen de Evaluación:

EXAMEN FINAL: "¿ERES UN RICO NUEVO O UN ASPIRACIONISTA?"

Instrucciones: Marca con ✓ las opciones que apliquen a tu vida. Al final, suma tus puntos y descubre tu nivel de "¡Ay, wey, qué mal estás!".

Sección 1: Modales en la Mesa (o la falta de ellos)

¿Cómo pides el corte de carne en un restaurante fino?

a) "Término medio, por favor".
b) "Tan fresca que casi haga “¡Múh!".
c) "Como pa' tacos"

Al terminar tu comida, ¿qué haces?

a) Das las gracias y dejas propina.
b) Revisas la cuenta 3 veces y reclamas por el pan que no pediste.
c) Te llevas los cubiertos "por si acaso".

Si la comida no te gusta, ¿cuál es tu reacción?

a) La comes sin quejarte.
b) La devuelves y exiges hablar con el chef para "enseñarle a cocinar".
c) Subes una reseña en Google: "Aquí envenenan a la gente. 1 estrella".

Sección 2: Vida Pública (El arte de ser detestado)

En el tráfico, tu filosofía es:

a) Respetar los señalamientos.
b) "Yo me aviento porque traigo prisa (y mi tiempo vale más)".
c) Usar la banqueta como carril exprés mientras gritas: "¡ES QUE NO SE MUEVEN!"

Al estacionarte, prefieres:

a) Buscar un lugar permitido.
b) El cajón para discapacitados ("Total, son 5 minutos").
c) Donde sea, pero con las luces intermitentes (las "calacas" son tu salvoconducto divino).

En el cine, ¿cómo disfrutas la película?

a) En silencio, como la gente normal.
b) Narrando la trama en voz alta: "¡No vayas ahí, wey, es la mamá del villano!".
c) Contestando llamadas y poniendo el altavoz: "¿QUE NO VES QUE ESTOY EN EL CINE?".

Sección 3: Relaciones Sociales (El don de la grosería elegante)

Cuando alguien no está de acuerdo contigo, respondes:

a) "Entiendo tu punto".
b) "¿Tú qué sabes, pobre?".
c) "¡Ay, perdóname, señora Buckingham!" (con tono de falsa condescendencia).

Al tratar con meseros o empleados, tu lema es:

a) "Por favor" y "Gracias".
b) "¿Y mi refresco? ¡Hace 20 segundos que lo pedí!".
c) Chasquear los dedos y señalar con los ojos (el lenguaje universal del "¡Órale!").

En redes sociales, tu contenido favorito es:

a) Fotos de viajes o memes.
b) Selfies con el volante del BMW (y el logo bien visible).
c) Grabarte tirando basura en la calle con el hashtag #YoSoyLibre.

Sección 4: Bonus (Por si acaso faltaba algo)

¿Qué llevarías a una cena elegante?

a) Un vino decente.
b) Tu certificado de depósito en el banco (enmarcado).
c) Tu bocina para poner corridos tumbados "y que se animen".

Tu frase más usada en WhatsApp es:

a) "Hola, ¿cómo estás?".
b) "Mándame ubicación".
c) "¿Qué traes puesto?, mándame foto…".

RESULTADOS (Suma tus ✓):

0-3 puntos: ¡Qué aburrido! Hasta parece que tienes educación.

4-7 puntos: Vas por buen camino, pero aún te falta gritar más en público.

8-11 puntos: ¡Felicidades! Eres un "Rico Nuevo MasterClass". Tu diploma (de impresora HP) ya está en el correo.

12+ puntos: ¡ALERTA DE SOCIEDAD! Hasta el Chapo diría: "No manches, ya bájale".

Notas: Si este examen te dio más de 8 puntos, por favor no nos sigas en redes. Ya tenemos suficiente con el tráfico. Y si te identificaste con este artículo, por favor no lo compartas: ya somos muchos los que te soportamos.

Messy Blues

Buy Me a Coffee at ko-fi.com

Hace cuarenta años

19 de septiembre de 1985, la herida que nunca cerró Han pasado ya cuarenta años desde entonces. Un amanecer que marcó para siempre a México....

Buscar este blog