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domingo, mayo 04, 2025

Cerebros Vacíos, La Nueva Generación

La falta de creatividad actual


Hace muchos años, 1980’s, tuve la suerte de ver a Deep Purple (Agosto de 1985, Los Ángeles, CA) con su alineación más respetable encabezada por Ian Gillan que por supuesto también estaba engalanada por los legendarios Ritchie Blackmore, Jon Lord, Ian Paice y Roger Glover. Supongo que será para la historia un golpe de suerte para mí porque esa alineación es irrepetible pero, bueno. Algunos temas nuevos, muy buenos, y algunos de antaño casi fieles a los originales y una extraña versión de “Smoke on the Water”. Como músico puedo entender muchas razones para que un grupo de la altura de Deep Purple no hagan en vivo una transcripción del disco, pero en ese concierto me cambiaron el concepto musical de esa canción. Mi vicio hacia lo Retro. Yo esperaba algo parecido a su versión en “Made in Japan” pero vi a Blackmore modificando mucho su propio solo de guitarra, aquel que había inspirado a tantos guitarristas, esta vez utilizando un “Slide” y Ian Gillan haciendo un juego de voces con el público: “Smooooooke on the wateeeer….. a fire in the sky”, para no tener un “Encore” después de eso, o al menos no recuerdo que hubieran tenido alguno. Años más tarde, leí una entrevista que le habían hecho a Blackmore y le preguntaron que por qué sus solos de guitarra resultaban diferentes cada vez que tocaba alguna de sus canciones en vivo, a lo que Blackmore respondió: "El arte está en buscar la nota, no en copiarla", refiriéndose a la poca creatividad que resulta mantener una obra musical como una mera transcripción, especialmente en donde el espacio de un solo, de cualquier instrumento, está destinado a la creatividad espontánea. Es decir, Blackmore hablaba de crear, reinventar y mejorar contra la idea de re-utilizar siempre un mismo recurso, una y otra vez.

Ritchie Blackmore nunca se ha destacado por su estabilidad dentro de una banda, ni siquiera la suya (Rainbow), pero es cierto que siempre ha sido un músico que busca y avanza,  sin retroceder en sus pasos. Y esto me trae de regreso al día de hoy y, al margen de lo viejo que yo pueda ser, no encuentro mucha creatividad en el Mainstream actual. Veo que hoy se hace música de pésima calidad, espectáculos pretensiosos, arte plástico surgido de software de vectores, irrelevantes Stand-ups, abusos de toda clase con la Inteligencia Artificial (importante: no critico la IA, critico a quienes NO saben usarla y a quienes abusan de la misma), y una constante sobre-explotación de franquicias taquilleras. Hoy la empresa Disney se está llenando los bolsillos con las regalías de algo que fue una buena idea en 1978: “Star Wars” y la convirtió en franquicia en la que la inocencia de un aventurero Luke Skywalker combatiendo a maloso llamado, en ese entonces, Lord Darth Vader; se convirtió después en la primera Soap-Opera galáctica en la que aparece todo el mundo, incluido Diego Luna, y los principios de la historia resultaron más modernos que el principio de la aventura.

Tiempos aquellos tan geniales en que lo más fantástico del cine era la novedad dominguera de la matiné de palomitas de maíz con tus amigos del colegio, viendo a “The Lone Ranger” con su fiel “Tonto” (así se llamaba), y tú ibas con tu mejor camisa, apestando a loción de “Avón” , los zapatos “boleados” y el pelo todo pegado con “Gel” (léase “Yel”, porque “Hell” significa “Infierno”). Tal vez el Llanero Solitario era una franquicia peor o hasta más mala, pero cada semana había una aventura diferente. Aunque creo que ni iba todos los domingos y, cuando iba, las películas también eran del Enmascarado de Plata, El Santo.

Pero, regresando de ese viaje a la nostalgia, debo aceptar que lo "comercial" no siempre es sinónimo de malo, pero es cierto que el capitalismo tiende a homogenizar el arte. Mi punto: Actualmente hay poca creatividad y ni el arte ni la literatura presentan propuestas nuevas que, como antaño, cambien el curso de la historia. Hago hincapié en “Arte y Literatura” por una razón, el análisis de la ciencia, que más adelante hará un inesperado punto de quiebre en este artículo. Así que, retomando la idea original, la comercialidad del capitalismo implícito en la vida diaria tiende a diluir la esencia de lo que es la cultura como vehículo para pensar, algo a lo que la modernidad parece estar restándole importancia.

Tenemos, por ejemplo, que muchas películas realizadas en el siglo pasado como “The Exorcist”, “Star Wars” (1978), “West Side Story” (1961), “Frankenstein” (1925), entre muchas otras; no han podido ser superadas. Hoy existe una cultura de “Re-Make”, “Prequel”, “Sequel” y “Reboot” para explotar muchas obras de arte hechas anteriormente (y que no se ven precisamente beneficiadas por ello) pero no existen propuestas nuevas. Películas como Star Wars o Avengers (de Marvel), en su contexto original, rompieron moldes, pero hoy muchas de sus secuelas/spinoffs son ejercicios gratuitos de nostalgia con “Marca Registrada”. Y sucede lo mismo con los constantes intentos de reinventar a Batman y a Superman a partir del Superman bobalicón de Ilya Saldkin (1978) y el Batman bastante bastardo de Tim Burton (1979). ¿Y qué podemos decir de Spider-Man?, ese personaje había representado las delicias de la infancia de mucha gente y en los años ochenta tuvo un penoso intento de ser llevado a la pantalla casera (TV). Sin embargo, en 2002, Sam Raimi creó la primer película oficial del superhéroe… idea que fue reciclada varias veces en menos de veinte años. Harry Potter pasó de ser una saga literaria con encanto a un universo expandido forzado (Animales Fantásticos), donde el dinero dicta la creatividad.

¿Cine de terror?, tal vez lo más amargo de este tema. En los años treinta, “Frankenstein” y “Drácula” crearon más reacciones de miedo y tensión psicológica que los constantes abusos de recursos “Gore” y asesinatos sin sentido en las películas de terror actuales, con sus rebuscados intentos de miedo de segunda clase. “The Exorcist” es probablemente la película del género que ha merecido más profanaciones que ninguna, desde un pésimo trabajo en “The Exorcist II; The Herectic” hasta “The Exorcist: Believer”, pasando por malas bromas como “The Exorcist III” (fracaso a cargo de su propio autor: William Peter Blatty), “Exorcist: The Beginning” y “Dominion: Prequel to the Exorcist”. En resumen, todas explotando el éxito que tuvo William Friedkin en 1973. Esto lo traje al frente precisamente para hacer notar la falta de creatividad actual. Es cierto que la moda del “Vintage” tiene sus encantos pero, vamos, no es lo mismo buscar un Volkswagen Sedan modelo 1969 que hacer cientos de películas nuevas sobre temas que hace años marcaron una época. Desde luego, la mediocridad creativa actual también aplica a otras industrias culturales como el K-pop coreano o el Anime japonés, que tienen fórmulas repetitivas. ¿En dónde quedó el talento para crear?.

Hablando de Frida Kahlo. Su pintura "La columna rota" o "Las dos Fridas" son poderosas en un contexto de realidad y mensaje a las mujeres, pero su imagen hoy es más un símbolo de resistencia empaquetado para el consumo (desde museos interactivos, hasta barbies). ¿Ella hubiera querido eso? Es difícil saberlo y en lo personal no creo que Frida haya aprobado su conversión al consumismo (ella era comunista) y, además y en contexto actual, el arte pierde esencia cuando se convierte en mercancía. Pero vamos a retomar la frase de Ritchie Blackmore mencionada arriba. Dicha frase capta justo el núcleo de la crítica: la diferencia esencial entre la búsqueda creativa (el riesgo y la originalidad) y la repetición segura (la fórmula robada y la copia), y así es, bajo esa lupa, muchas franquicias y figuras canonizadas caen en lo segundo. Blackmore hace que regrese una opinión mía sobre las “Bandas Tributo”, aquellas que se dedican a revivir las glorias de grandes grupos como Queen, Led Zeppelin, Iron Maiden, The Beatles, The Who y los propios Deep Purple, entre muchos otros. Blackmore, como músico, sabe que tocar "Smoke on the Water" mil veces no es arte: el arte estaba en componerla en 1973. Hoy, muchas franquicias son como bandas que solo tocan covers de sí mismas y muchos otros músicos se añaden a la repartición de beneficios sin haber tenido una mínima pizca de talento siquiera. ¿Dónde está hoy la "Nota Buscada"?. Incluso como “rebelión”, el verdadero arte está en desafiar, no en repetir, y los artistas actuales más comerciales evidencian sus carencias creativas retomando éxitos pasados. 

En los años 1970’s, grupos como Yes, King Crimson, Pink Floyd, Genesis y Emerson, Lake & Palmer llevaron la música a terrenos sinfónicos, conceptuales y técnicamente desafiantes, porque tuvieron Innovación (Fusión de rock con jazz, clásica y folkore -Ejemplo: "Close to the Edge" de Yes-) y Riesgo financiero (álbumes como "The Dark Side of the Moon" o "2112" de Rush eran experimentos sonoros y filosóficos, no productos comerciales calculados). Hoy: Bandas como Porcupine Tree u Opeth mantienen ese espíritu, pero el género ya no es Mainstream. ¿Por qué importa? Porque fue una época en la que el arte en la música popular se tomó en serio a sí mismo, sin miedo a ser pretencioso. Y no dejemos fuera a un genio en toda la extensión de la expresión: Jean-Michel Jarre y su creación del “New Age: El sonido del futuro”. Con sus discos "Oxygène" "Équinoxe" Jarre fue pionero en llevar los sintetizadores al gran público, creando atmósferas cósmicas y presentó en su momento la Innovación (Uso de tecnología -como el sintetizador ARP 2600- para crear paisajes sonoros: El Legado (Influenció a generaciones de electrónica, desde Vangelis hasta Daft Punk) y El Contrapunto (El “New Age” actual puede sonar "cursi y hasta aburrido", pero en su momento fue revolucionario).

Siendo objetivo y dejando de lado mis enfoques grandilocuentes, también puedo citar a un músico mexicano que probablemente no es precisamente un Mozart y de hecho algunas de sus canciones famosas son un (quiero creer que involuntario) plagio (como “Metro Balderas” con ritmos y acordes extraídos de canciones de Chuck Berry y letra de Rodrigo González, y la canción “La gente dice” que es un claro plagio de la canción “Linda Lu” de Ray Sharpe): Alex Lora. Lora fue auténtico en su momento, pero el rock urbano mexicano luego cayó en clichés que trataron de repetir la fórmula inventada por el líder de “El Tri”. Algo que de nuevo muestra una total falta de creatividad. No es una acusación hacia Lora sino a sus demasiados imitadores… bueno, el plagio no deja de ser una villanía. En contraste, tenemos creadores actuales menos pretensiosos y bastante creativos que podrían superar la línea que estoy señalando como podrían ser “Black Country, New Road” o el jazz experimental de Matana Roberts. “Garbanzos de a libra” en un mundo moderno pleno de carencias intelectuales.

Dentro de la música tenemos sobrevivientes de los 1980’s que aún marcan derroteros a pesar de que podrían tener sus lados oscuros como Metallica que han combinaron crudeza thrash con estructuras complejas ("Master of Puppets") pero se diluyeron mucho a partir de su famoso “Black Album”. Yngwie Malmsteen que posee una técnica deslumbrante, pero para algunos Yngwie carece de emoción y creen que es "shredding" sin sustancia. El multicitado Ritchie Blackmore de quien se destacada la maestría desde "Highway Star" con Deep Purple hasta el folk de “Blackmore’s Night”, buscando siempre algo nuevo (aunque no siempre le ha funcionado). En el cine tenemos verdaderas revelaciones como Yorgos Lanthimos (Poor Things), Ari Aster (Midsommar) o Brandon Cronenberg (Infinity Pool), que juegan con lo grotesco y lo impredecible. O bien el nuevo cine mexicano con Alejandro González Iñárritu (Amores Perros), Alfonso Cuarón (Y tu mamá también) y Guillermo del Toro (El laberinto del fauno); quienes romantizaron lo feo, lo marginal o lo fantástico con una voz propia partiendo de elementos poco usados en el cine antes de ellos.

Algo que podría decir respecto a todos los mencionados en párrafo anterior es que todos tienen algo en común: “Autenticidad”, no siguen fórmulas, las crean; “Técnica al servicio de la idea”, no solo son "hábiles", tienen algo que decir y “Riesgo”, han tenido fracasos, pero eso es parte del arte. 

¿Es la Inteligencia Artificial un peligro?

No sé, personalmente yo creo que no. Curiosamente he leído muchas expresiones criticando el advenimiento de la Inteligencia Artificial y traigo al frente el tema porque es precisamente la IA lo que ha evidenciado que hoy existe falta de talento pero además también juicio y sentid común. Remontando los recuerdos, descubriremos que la gente es la que no sabe utilizar los avances tecnológicos. Varios ejemplos son el nacimiento de la fotografía en el siglo XIX y mucha gente temía que el proceso robaba sus “Almas” y por esa razón quedaban impresas en el papel. Como sabemos, la fotografía comercial obtuvo aceptación hasta poco después de la primera mitad de ese siglo. No muy lejano estuvo aquel capítulo de la primera proyección de una película los Hermanos Lumiere, "La llegada del tren a la estación de Ciotat", cuando los asistentes huyeron de la sala pensando que realmente había un tren entrando al lugar. ¿Qué decir de la invención del teléfono?, no es una exageración esto, a mí en lo personal me tocó ver a mucha gente teniendo miedo al teléfono (¡en los años setenta!) y el miedo irracional que, en las décadas de 1970 y 1980, la gente le tuvo al horno de microondas atribuyendo al aparato altas radiaciones que producían enfermedades.

Todo lo anterior fueron situaciones relativamente normales, como sucedió con la prehistoria y los rayos de tormenta; pero la irresponsabilidad de la gente se demostró con el uso del Internet. De repente todo el mundo podía crear una página amateur y conversar con otras personas utilizando una computadora, lo cual recibió muchas condenas por parte de gente que no conocía bien la tecnología. Así, hubo también mucha gente irresponsable que utilizó el medio para objetivos poco recomendables. Luego tenemos el uso de los "Teléfonos Inteligentes" que convirtieron a la gente en zombies funcionales atrapados en el dispositivo y olvidando por completo la vida real. De esa manera, un avance que se supone es para el desarrollo de la tecnología como es la Inteligencia Artificial, es actualmente condenado por ignorancia y explotado por oportunistas que ofrecen apps que convierten fotos, crean besos virtuales y hasta situaciones que podrían destruir a una persona, aparte de incluso poder crear música sin necesidad de tener una banda de Rock… o de cualquier estilo.

El problema no es la Inteligencia Artificial, es la falta de clase, ética y talento para utilizar la tecnología como herramienta y no convertirla en un único recurso, lo que nos trae de regreso al tema principal: la falta de talento que domina hoy en día.

Solo para la reflexión

Messy Blues

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